martes, marzo 23, 2004
Amanecer
El negro azulado de la noche emprende lentamente su retirada ante los rosados tonos del nuevo día.
Los primeros rayos del sol, apenas tibios, empiezan a entremezclarse con las frondosas copas de los árboles.
Las caritas de las vírgenes se van iluminando pero ellas todavía no hacen eco.
La menor de ellas, Adaug, entrega involuntariamente sus dorados rizos que toman un brillo alucinante.
Como un efecto mágico el deslizamiento de los rayos va formando una singular figura.
Con su cuerpo de fuego y sus cabellos entremezclados de rojo y oro se presenta Son-ny la protegida del sol.
Su rostro aniñado muestra un universo de infinitos puntos anaranjados que encierran dos brillantes ojos plateados.
La picardía de este extraño ser despierta a Adaug que la siente como su igual.
Juntas se muestran ingrávidas y bendicen con sus juegos aéreos al nuevo día que se ha instalado definitivamente.
Ilul, la mayor de las vírgenes, corre impulsada por su feliz amanecer y se les une graciosamente.
Con la señora del cofre miramos embelesados el espectáculo pero sabemos que el momento de continuar la marcha ha llegado.
Sin embargo, permanecemos hipnotizados como si quisiéramos retratar en nuestros recuerdos esta fabulosa imagen.
El correteo de Son-ny y las vírgenes representa la fantasía del brillo de las varitas mágicas y amenaza tener los mismos poderes.
Podemos demorar un rato mas la partida...
Los primeros rayos del sol, apenas tibios, empiezan a entremezclarse con las frondosas copas de los árboles.
Las caritas de las vírgenes se van iluminando pero ellas todavía no hacen eco.
La menor de ellas, Adaug, entrega involuntariamente sus dorados rizos que toman un brillo alucinante.
Como un efecto mágico el deslizamiento de los rayos va formando una singular figura.
Con su cuerpo de fuego y sus cabellos entremezclados de rojo y oro se presenta Son-ny la protegida del sol.
Su rostro aniñado muestra un universo de infinitos puntos anaranjados que encierran dos brillantes ojos plateados.
La picardía de este extraño ser despierta a Adaug que la siente como su igual.
Juntas se muestran ingrávidas y bendicen con sus juegos aéreos al nuevo día que se ha instalado definitivamente.
Ilul, la mayor de las vírgenes, corre impulsada por su feliz amanecer y se les une graciosamente.
Con la señora del cofre miramos embelesados el espectáculo pero sabemos que el momento de continuar la marcha ha llegado.
Sin embargo, permanecemos hipnotizados como si quisiéramos retratar en nuestros recuerdos esta fabulosa imagen.
El correteo de Son-ny y las vírgenes representa la fantasía del brillo de las varitas mágicas y amenaza tener los mismos poderes.
Podemos demorar un rato mas la partida...
Escrito por Faivel 12:16 a. m.
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(y sus encuentros):
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