viernes, junio 25, 2004

Después de la tormenta
 

Los golpes secos en la puerta, que sonaban por tercera vez, gritaban ansiedad, no creo haberme demorado tanto en responder pero, naturalmente, mi opinión no era compartida por quien estaba llamando.

La cabeza de la pequeña figura apuntaba hacia el piso en tanto que sus pequeñitos ojos de miel se acercaban tímidamente hasta los míos; no parecía quedar nada de aquella embravecida tormenta que con el retumbar de sus alaridos había irrumpido en medio del jardín de palacio, quien hubiera guardado su última imagen no podría reconocerla, el cabello ocre se mostraba ordenado, el rostro antes enrojecido había vuelto a un color de piel natural acariciada abundantemente por el sol y sus ropas, que fueron cambiadas, eran humildes y elegantes al mismo tiempo.

- Quisiera hablar con su Señora - dijo la jardinera en un tono de voz tan bajo que apenas podía entenderse - Necesito disculparme - agregó mientras los pequeños ojos se humedecían.

Giré sobre mi para buscar a la Señora del Cofre que estaba casi montada en mis espaldas.

- Pase Señora Peka - dijo mientras terminaba de abrir la puerta de la habitación - Ese es su nombre verdad? - le preguntó al tiempo que la invitaba a sentarse en unos silloncitos que estaban junto a la ventana que daba a la plaza y por la que una luna gris espiaba.

Mientras las damas conversaban calmadamente yo me quedé con las vírgenes que se habían asustado un poco ante la presencia de la mujer; poco les duró el susto y las camas volvieron a chirriar bajo sus saltos.

Un rato después, la jardinera se despidió con sus mejillas mojadas y una sonrisa amplia que compartía con la Señora del Cofre, de modo que la conversación había dado resultado.

- Es una buena mujer - dijo mi compañera cuando terminó de cerrar la puerta - un rapto de furia lo tiene cualquiera - agregó - especialmente si está pasando momentos complicados - aclaró.

- Por qué? - pregunté casi adivinando la respuesta.

- Si hubiéramos querido que lo sepas te habríamos invitado a participar de la charla - me dijo la Señora del Cofre.

Y yo odio esas contestaciones, pero también sé que insistir no es un buen camino, de modo que mis cejas se hicieron diagonales con caída hacia el centro, me dí vuelta y volví con mis hijas.

Minutos mas tarde, nuevamente el retumbar de la puerta, aunque con otro mensaje, mas tranquilo. Un guardia nos invitaba a pasar al Salón de los Escudos, donde la cena se iba a llevar a cabo.

Escrito por Faivel 11:52 p. m.
# Link

(0) comments (blogger - en prueba)




lunes, junio 21, 2004

La visión en el ventanal
 

El guardia de traje gris nos acompañó hasta una enorme habitación; tenía dos grandes camas con cobertores rojos de terciopelo separados entre ellos por un cortinado color ocre que en éste momento estaba corrido hacia una esquina. Las paredes eran grises y no podía observarse una marca en ellas que modificara el tono.

En el centro de una de esas paredes había un espejo con un marco dorado con figuras romboides y cruces que tenía amplitud suficiente para que dos personas pudieran mirarse paradas al mismo tiempo. A su lado un lavabo de mármol y cuatro jarras de porcelana con dibujos de flores violáceas, todas llenas de agua y una mas pequeña vacía.

No me llevó mucho tiempo mejorar mi aspecto (quizás porque estaba resignado a lo inmodificable), la Señora del Cofre iba a demorar lo suficiente en recomponer su imagen después de el ?entredicho? con la Jardinera y las vírgenes saltaban en las camas.

Hacia un lado un ventanal daba a la plaza, era como un palco lujoso, una vista preferencial de un espectáculo popular que todavía tenía vida.

Me asomé por el ojo elevado y me saludó la brisa fresca y suave de la noche que traía los olores de los hornos de leña y el murmullo festivo; los juglares se estaban despidiendo de un montón de pobladores que no mostraban deseos de partir.

Fue un momento, quizás un segundo, tal vez más, no se si escuché un ruido o el sonido vino de adentro mío, una figura ya vista de pronto parecía elevarse del suelo y mutaba; fue extraño porque aunque la hubiera sentido no la conocía ni antes ni después de su transformación; el movimiento de aire se detuvo en todo ese pequeño espacio de tiempo. Dentro mío comenzaba a arremolinarse el miedo, me sentía asustado, necesitaba una voz que me arrullara y el silencio crecía y enmudecía.

La mano de la Señora del Cofre acarició mi espalda y todo volvió a la normalidad, el viento seguía moviendo mi pelo, mis ojos volvieron a descubrir la plaza, la imagen ya no estaba y los juglares cantaban su canción de despedida...

Anteojos negros de carey
aurículares en la sien
no me escucha, no me ve
y yo puedo observar tranquilo
la playa como un ajedrez
el tipo del Mercedes Benz
que está tirado ahí nomás
tiene una sola cosa en mente
solo una chica tonta más bajo el sol
como una propaganda de bronceador.

El sabe como impresionar,
caminando como Tarzán
el es Eva y ella Adán
y yo estoy en cualquier planeta,
presiento que algo va a pasar
las plumas del pavo real
oscurecen hasta el sol
y él se siente rey de la selva.

Ellos están con la máquina de mirar
justo en el paraíso para filmar.

Yo puedo compaginar
la inocencia con la piel
yo puedo compaginar
Yo nací para mirar
lo que pocos quieren ver
yo nací para mirar.


Ahora él le ofrece una manzana
ahora le insiste de probar
ahora estimula sus membranas por la hot line
en escenarios solitarios
la gente se habla un poco más
y hasta dos pobres millonarios se pueden encontrar.
Cayeron los auriculares
y los anteojos de carey
la luna baja los telones
es de noche otra vez


Me di vuelta todavía con un torrente de susto corriendo por mi estómago y el cosquilleo lejano de oídos aturdidos.

- Están llamando a la puerta- me dijo la Dama del Cofre a quien se la veía ya completamente repuesta.

Y fui hacia ella mientras pensaba que a veces callar es un acto de amor y otras es tan solo un silencio de palabras egoístas, la diferencia se encuentra en qué es lo que está esperando el receptor.

De cualquier modo a mi, me aguardaba una puerta por abrir, que estaba siendo golpeada nuevamente.


Escuchar Cinema Verité

Escrito por Faivel 2:54 a. m.
# Link

(0) comments (blogger - en prueba)




sábado, junio 19, 2004

En la sala de al lado juego con Fle (y sus fotos)

Escrito por Faivel 1:15 a. m.
# Link

(0) comments (blogger - en prueba)




viernes, junio 18, 2004

Estoy feliz!
 



Y en la sala de al lado también

Escrito por Faivel 3:25 a. m.
# Link

(0) comments (blogger - en prueba)




miércoles, junio 09, 2004

El jardín de palacio
 

Las vírgenes corrían alegres a mi alrededor ensayando una danza plagada de brincos y sonrisas. Caminaba junto a la Señora del Cofre con nuestras manos tomadas y fuertemente apretadas, como si ello sirviera para dominar los nervios que nos poseían.

Atravesada la puerta del palacio un patio de gran magnitud hacía las veces de recepción; el suelo de laja se ofrecía como una alfombra blanca cruzada por dos diagonales de canteros que mostraban una agradable simetría en tono y figura. Cada una de esas sendas coloridas comenzaba desde la esquina con una cadena de flores de azul oscuro que parecían guardar la profundidad de la noche; paulatinamente el color se iba perdiendo hacia el centro del patio transitando otros azules mas vivos, celestes con el tono del mar y blancos que comenzaban pálidos para terminar en unos perfumados jazmines que se unían en un círculo al medio del patio.

Alrededor del primaveral patio las paredes estaban tapizadas por unas enredaderas que parecían salpicadas por muchas flores pequeñas de color blanco, en esos muros ocho puertas imponentes de madera labrada y adornos de hierro negro brillante abrían mundos desconocidos; flanqueando cada una de las puertas dos árboles espigados se unían por sus copas ofreciendo un pequeño túnel de entrada.

En éste pequeño bosque interno del palacio no podía encontrarse una sola flor marchita o mustia, ni siquiera una hoja seca jugando a la escondida en algún rincón, todo reflejaba una perfección de pintura y si no fuera por la pequeña brisa que corría a arremolinarse entre los jazmines hamacándolos levemente hubiera pensado que nada era cierto.

Quizás esa sensación haya impulsado a las vírgenes, o tal vez la libertad con que suelen moverse en el bosque que por mucho tiempo fue su hábitat natural o definitivamente pudo ser por el afán de travesura que sus edades imponen, no sé, lo cierto es que mientras contemplaba la belleza de cuadro del patio las pequeñas comenzaron a hacer su colección de pétalos arrancando varias flores que terminaban, desnudas de color, en el suelo. No tuvieron mucho tiempo para su redecoración infantil, un grito furibundo de mujer hizo que todas las miradas se centraran en nosotros.

"MI JARDÍN" vociferaba repetidamente corriendo hacia las vírgenes la dueña del alarido que ahora dejaba ver su rostro.

Lo que sucedió después fue tan veloz como un pestañeo.

La jardinera tomó a Adaug de un brazo agitándola con una fuerza exagerada, especialmente viendo el diminuto tamaño de su víctima, instantáneamente la Señora del Cofre dio los pocos pasos que la separaban de la escena para tomar fuertemente el cabello color ocre de la violenta jardinera.

- Soltá a mi hija ya - le dijo al oído en un tono bajo para que nadie mas la escuchara mientras sus dedos se acomodaban cada vez mas firmemente entre la cabellera marrón.

La jardinera liberó inmediatamente a Adaug, pero no fue por obedecer a la Dama del Cofre sino para empujarla, infructuosamente porque la mano apretaba mas fuerte como si estuviera tomando las crines de un caballo brioso.

Ilul, que había corrido ágilmente al primer grito hasta mis piernas, y Adaug, que no dudo en escapar apenas la soltaron, lloraban asustadas mientras yo intentaba separar a las dos mujeres.

Fue tarea difícil, las manos de una parecían pegados a los pelos de la otra y así habrá sido porque cuando por fin se separaron cada una quedó con un souvenir de la cabeza de la otra. Sus rostros estaban rojos como si toda la sangre del cuerpo se encontrara allí; una seguía gritando "mi jardín" mientras que la otra insistía "a mis hijas no las tocás". La ligué, esto de separar fieras embravecidas no queda impune y terminé siendo receptor de las uñas afiladas de la jardinera y de las patadas furiosas de la Señora del Cofre.

Dos miembros de la guardia con sus uniformes de bandas cruzadas se hicieron presentes de inmediato, uno de ellos se dirigió a la jardinera:

- Sra. PeKa retírese de aquí - ordenó con voz grave el guardia señalándole la puerta por donde ella había aparecido con alaridos de guerra indígena- Yo la acompaño - agregó mientras la tomaba del brazo con la decisión de escoltarla o llevarla, lo que hiciera falta.

El otro guardia se dirigió a mí con clara intención de evitar a mi exaltada mujer

- Disculpe podría venir conmigo - y con una voz que, aunque amable no dejaba espacio para la discusión explicó- Los escoltaré a un cuarto donde podrán reacomodarse después de los momentos vividos.

No hizo falta darle una respuesta, no la estaba esperando, llamé a las vírgenes, pasé mi brazo por encima de la Señora del Cofre que estaba temblorosa de la furia acumulada y nos dirigimos a donde el guardia nos indicaba.

Escrito por Faivel 11:59 p. m.
# Link

(0) comments (blogger - en prueba)




viernes, junio 04, 2004

"Lo están esperando en el palacio"
 

Los cuatro juglares siguieron cantando una historia tras otra que se iban transformando en ladrillos de un castillo imaginario del que nadie quería salir.

Mi voz se iba perdiendo mientras los acompañaba con dudosa habilidad pero cargado con una pasión de entrañas, de recuerdos, de emociones que en algún momento de la tarde ya noche me había encontrado abrazado con la Señora del Cofre confundiendo lágrimas con besos.

Alguien apoyó una mano en mi hombro. En el tiempo que había durado el andar de los juglares, ya me habían tocado de varias formas (algunas de escasa o nula dignidad de mención y buen gusto), empujado, abrazado, apretado y en todas las ocasiones las había ignorado por entenderlas fortuitas; sin embargo en éste caso me di vuelta, no podría explicar por qué, quizás la firmeza, tal vez la insistencia, no sé.

Parado detrás de mí, inamovible entre el tumulto de gente que ni siquiera había logrado provocarle una arruga al elegante traje azul y negro se encontraba el Coronel Vitalio. Con rostro adusto de esos que no dejan espacio para adivinar sensaciones y su conocida voz amable me dijo:

- Disculpe, lo están esperando en el palacio -

Yo creo que fue porque estaba pensando en Val cuando lo dijeron, pero hasta éste momento no había tomado conciencia de que por primera vez iba a estar sentado en la misma mesa con un rey, que además me había invitado expresamente. Que yo recordara (y no se trata de cuestiones olvidables) la única vez que había traspuesto una puerta de la casa de un rey había sido ese mismo día en la cocina y ni siquiera lo había tomado de ese modo.

Las palabras del Coronel Vitalio me provocaron una extraña sensación que mezclaba el miedo con la emoción, con una ansiedad de movimientos torpes (más de lo habitual) y un orgullo, tal vez ridículo, de mentones elevados.

- Gracias - le dije con un inevitable temblequeo de voz - voy a buscar a mis hijas e inmediatamente me presentó allí -

- Permitamé que lo acompañe - solicitó el coronel gentilmente - es mi deber -

Las Vírgenes, cansadas desde hacía rato de la música de los juglares, se encontraban jugueteando entre ellas corriendo de un lado a otro alejadas de donde la gente se agolpaba hasta perder los contornos (habiendo tomado distancia de la muchedumbre unisonante yo no entendía cómo unos segundos antes habíamos podido estar en un lugar en el que ahora sería imposible entrar). Cuando nos acercamos a las pequeñas, la mujer que nunca será mujer desapareció al instante sin dejar siquiera un olor en el aire ni una huella; su tarea estaba cumplida y en algún lugar desconocido esperaría hasta que sintiera que hacía falta otra vez.

Al llegar a la puerta del palacio, el entrecano coronel nos saludó y marchó nuevamente a la plaza junto al guardia que había venido con él.

La emoción de estómago ahuecado se hacía mas grande a medida que la enorme puerta de madera cuidadosamente dibujada se abría ante nosotros mientras otro guardia con uniforme parecido al anterior sólo que éste tenía las bandas cruzadas de color ocre nos decía.

- Pase Señor, lo están aguardando -

Palabras que escuchamos con la sordera de quien piensa en el después pero que no pudo dejar de alimentar las sensaciones acumuladas. Un paso, tan sólo un paso y estaríamos adentro, donde respuestas insospechadas nos estarían esperando.

Escrito por Faivel 1:46 a. m.
# Link

(0) comments (blogger - en prueba)




Faivel...
(y sus encuentros):

Desde la primera hasta
la última huella del Caminante
la rastreas por aquí



OTRAS PÁGINAS...
DEL MISMO AUTOR



MIGAJAS
(en el fondo del tarro)





Mis Canciones mudas...





Algunos intentamos escribir...


...otros saben



Me mandás un mail?


El Caminante en tu página

Regalo de Interior

Regalo de Nrgúmeno




ME GUSTA VISITAR A ESTOS AMIGOS
(muy buenos blogs):


Mi amiga Lununa

La Romu

Sherita, la princesa de la noche

Mi amigo Morasso, el escritor

Ati, la ratita artista

Mirzam, otro nombre, las mismas garras

La Diabli, mi cyberhermana


Anika, la ternura


La cara de Guatemala


El mundo de Corsicarsa


Torito, el superpibe


Johana


Fle, la loca linda


La otra cara de una amiga


Un tal Aon


Café Querétaro


Ezequiel Guernica


Ylek


Ecoloco y su castillo



Grandes cosas de chicos
(y no tanto)


Manu, el pichón

Yo Te Digo

Había una vez, una princesa


Blogs Sin "Cosito"

La Gorda

Interior y Cia

- La Oruga -
(lo nuevo)

(lo viejo)

Andrómena

Patomusa

Pattyce

Mary Carmen

Sol

Bernardo

Mafi

Mentecato

Javier y sus
3 del Miércoles


Orsai

Fulguris
(varios y buenos)


Cristina

PKTín

Cuentos Peques

Dalusk

Guty (se jué)

Rosarina


Antes pasaron cosas...

  • marzo 2004
  • abril 2004
  • mayo 2004
  • junio 2004
  • julio 2004
  • agosto 2004
  • septiembre 2004
  • octubre 2004
  • noviembre 2004
  • diciembre 2004
  • enero 2005
  • febrero 2005
  • marzo 2005
  • abril 2005
  • mayo 2005
  • junio 2005
  • julio 2005
  • agosto 2005
  • septiembre 2005
  • diciembre 2005
  • febrero 2006
  • junio 2006

  • online

    Powered by Blogger
    Template desenvolvido por Blog Templates
    Weblog Commenting and Trackback by HaloScan.com


    imagen

    BloGalaxia