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viernes, abril 09, 2004
Volver al camino
El amanecer fue mas luminoso este día. Son-ny se hamacaba entre los pimpollos dorados de la rosa negra y los cabellos de las Vírgenes, provocando una explosión de colores que pintaban un brillante arco iris.
Pero la claridad ya reinante nos decía que teníamos que continuar la marcha. Llevábamos en nuestras alforjas unos pétalos y la promesa depositarlos en los Jardines de Lela cuando se abrieran a nuestro paso. Quizás, como si fuera un anticipo del esperado regreso de la flor a su hogar. En el fondo creí ver un deseo de la Rosa Negra de acompañarnos, pero ambos sabíamos que el nuestro no era su camino ni este tiempo el suyo, de un modo u otro ella emprendería su marcha cuando la riqueza de la vieja tierra volviera a serle favorable. La despedida del lugar fue adornada con lágrimas, esas que no golpean con la tristeza sino que acarician con la promesa del reencuentro. Abrí los ojos fuertemente e intenté mantenerlos así por un rato, con el deseo de conservar intacto el recuerdo de ese mar y de esos seres que nos habían cobijado. Después de todo uno a veces tiene la sensación que la vida es un parpadeo y lo que hace la diferencia es la cantidad de imágenes que podemos recibir antes que las pupilas se apaguen definitivamente. Marchamos con firmeza, el espíritu se había renovado en esperanza después de la desazón de sentir el camino truncado. Al fondo observamos las imponentes montañas que nos marcan el rumbo; el camino será largo pero cuando uno sabe adonde va solo siente que cada paso es un poco menos. Miro a mi lado y siento que la vida me sonríe, acompañado por la Señora del Cofre y las Vírgenes, he de creer que la felicidad revuela como un hada bendiciéndome a cada paso. Val, ignorando al mundo, corre furiosamente adelante. Escrito por Faivel 3:17 a. m. #
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