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lunes, agosto 16, 2004
Ella
Migajas de oscuridad quedaban cuando volví a la habitación y no iba a poder avanzar sobre el día con mi sueño retrasado porque hoy, es especial.
Poco después de cruzar la puerta tropecé con mi morral, un poco por el cansancio que me demoraba los párpados caídos en cada pestañeo y otro poco por el licor bebido unos momentos antes. Levanté la vieja mochila que siempre me acompaña y volví a poner todo en su lugar, en mis manos quedó ese pétalo que me había obsequiado La Rosa Negra y que viajaba conmigo hasta poder descansar nuevamente en los Jardines de Lela. En un vuelo de añoranza, llegó el recuerdo de aquel encuentro a orillas del mar, ese mar en el que supe descubrir el mismo brillo del cabello de la Señora del Cofre en un instante en donde una pequeña ola dió una vuelta inesperada desafiando al sol. Allí, donde los colores cedían igual que los ojos de mi mujer cambiando de acuerdo al tiempo. Antes que eso hubo un día, un día en el que la mañana nos encontró charlando palabras que no se cansaban aún cuando hubieran comenzado allá lejos en una noche vieja. Un día que no conoció el roce de los cuerpos pero que dejó un vacío de ausencias en la despedida como si tuviera que ser eterno. La soledad después de eso fue mas cruel que nunca, los segundos eran tan largos que podían describirse antes que llegara el siguiente. Tarde me di cuenta que yo, ya no era un objeto de mi pertenencia. Después vinieron sueños de caminos, horizontes, pasos... pero fue en ese momento en que mi memoria empezó a construirse de nuevo. Hoy la miro descansando a mi lado y me es imposible imaginar algo diferente. Y recuerdo aquel mar que me devolvió en un momento el brillo de su cabello porque supe que en ningún lugar iba a poder encontrar algo que se atreviera siquiera a sugerir la luz que le ha dado a mi vida. Ella, la que un día me guardó en su cofre para hacerme invencible. Mi Mujer. Feliz Cumple mi Amor y gracias. Escrito por Faivel 3:46 a. m. #
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