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domingo, diciembre 26, 2004
Como se extrañan las noches sin estrellas...
Nada la define mejor que sus propias estrellas.
Cuando la ceguera de un día a las apuradas me lo permite, me regalo mirar un momento el cielo azul de la noche, no se cuánto tiempo pasa, suelo perderme como si todo alrededor mío se escuchara mas lejano. Es en esos instantes, en que un sinfín de fantasías me susurran cosas que pocas veces he podido recordar claramente para escribirlas. No importa cuánto trate de retenerlas en mi memoria, indefectiblemente se desvanecen o se diluyen, pero en mí, persiste esa sensación de placer que me provocaban al ocurrir. Las estrellas, son un motivo de sueño de ojos abiertos, una guía de esperanzas extraviadas, una orquesta silenciosa de gritos de alegría, un adorno de nieve en noches calurosas o un conjunto de chispas de fuego en tiempos helados. No sólo son imágenes lejanas, también son soles que generan vida y que cargan en ellas la responsabilidad de su continuidad, y si nos acercamos mas, también son explosiones permanentes que envuelven raptos de furia casi descontrolada. Pensarlas o quererlas desde una única imagen sería condenarnos a perder la maravilla de su todo. Ella es igual, con sus palabras dulces y sus gritos fuertes, con su calor de madre, con su pasión de mujer enamorada, con su comprensión de amiga, su complicidad de compinche y sus ideas en voz alta. Como las estrellas también, a veces juega a esconderse un rato, pero todos sabemos que solo hace falta seguir mirando el cielo hasta volverla a ver aparecer. Escrito por Faivel 4:48 a. m. #
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Faivel...
(y sus encuentros): Desde la primera hasta la última huella del Caminante la rastreas por aquí OTRAS PÁGINAS... DEL MISMO AUTOR
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Grandes cosas de chicos
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