sábado, enero 15, 2005
Diapositivas
Imaginen que se apaga el murmullo de gente para poder escuchar como el mar nos susurra acercándose sumiso a besarnos los pies.
Cierren los ojos para descubrirse en una incómoda butaca de circo riendo a carcajadas con los payasos, asombrándose con los domadores y conteniendo la respiración el tiempo que dura el equilibrista caminando por una cuerda. Si sienten que les brillan los ojos, no se atrevan a mirarse a un espejo, porque verán que apenas tienen seis u ocho años.
No apuren el paso cuando caminan por la Rambla, los Lobos siempre estarán esperando para la foto.
Acomódense arriba de un Pony que los lleva a dar una vuelta por la plaza y mientras lo hacen vean los juegos a los que correrán un rato después para hamacarse, tirarse o saltar. No sientan vértigo luego, cuando el caballito de la calesita suba y baje, créanme, nada palo pasará.
Mientras en la Casa de Piedra esperan que, una vez más, nos digan que el 22 sigue sin salir, hagan ruido con las fichas que, todavía, quedan. Se escuchan igual que si fueran muchas (aunque se ven distinto).
Nunca es demasiado grande un pozo en la arena si todavía no llegamos a China, será que el castillo, que tantas princesas de por aquí merecen, debe tener paredes suficientemente fuertes para que ninguna ola lo pueda derribar.
Verán que uno se siente volar, como el avioncito de telgopor, cuando no tiene otra cosa que hacer mas que disfrutar cada instante, hasta que los muñecos (Bob Esponja, quizás Barney o las Chicas Superpoderosas) del Tren de la Alegría nos digan que tenemos que bajar.
Nos encontramos en dos semanas, cuando el color de la piel se haya tornado lo suficientemente cobrizo y mi sonrisa esté tan ancha como la Avenida Colón.
*******************
Este post ocasiona que salga de la página principal el del cumple de Sherita, justo cuando ella me mima en su paraíso de estrellas, mencionándolo, de modo que si alguno quiere leerlo, no tiene mas que hacer clic aquí.
Y sepan que estas vacaciones traen un regalo especial para mí, porque voy a conocer a Mi Amigo, a su bastón y a su mejor obra.
Salú.
Cierren los ojos para descubrirse en una incómoda butaca de circo riendo a carcajadas con los payasos, asombrándose con los domadores y conteniendo la respiración el tiempo que dura el equilibrista caminando por una cuerda. Si sienten que les brillan los ojos, no se atrevan a mirarse a un espejo, porque verán que apenas tienen seis u ocho años.
No apuren el paso cuando caminan por la Rambla, los Lobos siempre estarán esperando para la foto.
Acomódense arriba de un Pony que los lleva a dar una vuelta por la plaza y mientras lo hacen vean los juegos a los que correrán un rato después para hamacarse, tirarse o saltar. No sientan vértigo luego, cuando el caballito de la calesita suba y baje, créanme, nada palo pasará.
Mientras en la Casa de Piedra esperan que, una vez más, nos digan que el 22 sigue sin salir, hagan ruido con las fichas que, todavía, quedan. Se escuchan igual que si fueran muchas (aunque se ven distinto).
Nunca es demasiado grande un pozo en la arena si todavía no llegamos a China, será que el castillo, que tantas princesas de por aquí merecen, debe tener paredes suficientemente fuertes para que ninguna ola lo pueda derribar.
Verán que uno se siente volar, como el avioncito de telgopor, cuando no tiene otra cosa que hacer mas que disfrutar cada instante, hasta que los muñecos (Bob Esponja, quizás Barney o las Chicas Superpoderosas) del Tren de la Alegría nos digan que tenemos que bajar.
Nos encontramos en dos semanas, cuando el color de la piel se haya tornado lo suficientemente cobrizo y mi sonrisa esté tan ancha como la Avenida Colón.
Este post ocasiona que salga de la página principal el del cumple de Sherita, justo cuando ella me mima en su paraíso de estrellas, mencionándolo, de modo que si alguno quiere leerlo, no tiene mas que hacer clic aquí.
Y sepan que estas vacaciones traen un regalo especial para mí, porque voy a conocer a Mi Amigo, a su bastón y a su mejor obra.
Salú.
Escrito por Faivel 1:39 a. m.
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