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lunes, abril 11, 2005
El último día en Golbew III
Parte I - Parte II - La cueva, está situada detrás de la fractura de la montaña, es un paraje difícil de acceder según me han contado - señaló la dama - ya que varias veces he querido llegar hasta allí, pero distintos inconvenientes me lo han impedido. Poco más tarde, mientras Mirzam seguía con su rutina de vuelo veloz por entre las bibliotecas, comencé a jugar con una pila de libros que tenía al lado como si fueran cubos. Una vez que hube formado una figura con ellos, el que estaba en lo más alto se deslizó hasta mí y quedó abierto en la primera página. Cedí a la comodidad de las letras iniciales y como si fuera un encanto lo seguí recorriendo hasta llegar casi a la mitad. No sé por qué, tuve la necesidad de volver a formar aquella pila de libros en ese momento. Apenas finalicé, el que estaba en la cima, cayó hasta mí; era el mismo de antes y quedó abierto en la página en la que había dejado de leer. Cuando la luz que entraba por las claraboyas del lugar comenzó a tomar un color rosado, la lectura llegaba a su fin, fui entonces en busca de la Señora del Cofre y las Vírgenes que tenían preparado un manantial de sonrisas en dibujos de crayón. No pude despedirme de la amable mujer, había desaparecido dejando en su lugar una agradable música que, en cualquier lugar de la casa podía escucharse de la misma forma. Junto a la puerta de los gemidos, había un paquete a mi nombre que guardé en mis alforjas sin abrir para que la noche no nos encuentre en este rincón oscuro de la ciudad. Mientras nos íbamos, giré la cabeza y descubrí, por encima del portal, apenas legible entre las ramas de los árboles un letrero que decía "El Tejado de la Gata Negra". Esa noche, la que sería la última en Golbew (por un tiempo al menos), sentado sobre la cama con las piernas cruzadas, quité el envoltorio hecho con hojas secas de gomero y encontré dos libros y un puñado de crayones junto a una nota que decía. "No es importante si el camino es largo o corto, ni siquiera si su tránsito es fácil o dificultoso, lo único trascendente es recorrerlo acompañado" Al leerla por segunda vez, recordé seres con poca historia común y mucho afecto y recordé distancias... será por eso que mis ojos se humedecieron antes de cerrarse hasta el día siguiente. Escrito por Faivel 10:44 p. m. #
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Faivel...
(y sus encuentros): Desde la primera hasta la última huella del Caminante la rastreas por aquí |