viernes, octubre 29, 2004

El Misterio Resuelto (capítulo final)

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El nacimiento de la hija de la Ninfa, vestía la ciudad con ropas y espíritu de fiesta. Decenas de visitantes nuevos llegaban a Golbew enterados del evento que traía agasajos a un lugar que no estaba acostumbrado a ellos.

El Rey, se había ocupado del diseño del conjunto de actividades que se iban a desarrollar con especial entusiasmo, la noche lo encontraba casi sin fuerzas, aunque siempre tenía un momento, en que la fiesta se hacía poca cosa y la criatura del amanecer navegaba entre sus recuerdos y fantasías al tiempo que dibujaba en el aire una nueva imagen, ansiada, esperada y desconocida.

Esa tarde, en la Plaza Central comenzarían las celebraciones. Por la mañana, el soberano, envuelto en su túnica azul, salió a dar un paseo por la ciudad. Todo estaba como él lo había planeado, el Coronel Vitalio le informó que ya había regresado la caravana repleta de provisiones, de modo que tampoco allí habría inconveniente, no obstante, su recorrida terminó en la cocina, para echar el último vistazo.

En la sala contigua a la cocina, donde se presentan los platos que van a ser servidos, encontró al cocinero real, conversando animadamente con el posadero Inth Eryor. Se acercó a ellos, que inmediatamente callaron al verlo.

- Cómo están los preparativos Gustaf? - preguntó el Rey
- Bien, descuide, tenemos todo bajo control - contestó el cocinero e inmediatamente preguntó ? recuerda la orden respecto a las ardillas?

Esa pregunta, generó un temblor dentro del soberano

- Lo recuerda? - insistió el cocinero Yioja ante el silencio del rey ?
- Sí, si. Qué ocurrió? - preguntó inmediatamente el soberano con voz apurada
- Bueno, resulta que ha llegado una ardilla, tal y como Ud. la describió, pero acá me dice el amigo Eryor que una gente está reclamándola - y añadió - dicen que es de ellos.
- Cómo es eso? - dijo el rey dirigiéndose al posadero.
- Sí, su alteza, es una familia de caminantes que llegó ayer a la ciudad y se hospedaron en mi Hostal, vieron a la ardilla dentro de...
- Cómo es, esa familia? - interrumpió el rey - digo, cómo está compuesta?
- Es un caballero, su mujer y dos niñas.

Esta frase, terminó de convencer al regente de Golbew que estaba ante el ser buscado. "dos niñas mágicas" había dicho la voz en el bosque.

- Dónde está la ardilla? - preguntó el rey a dos personas que lo miraban extrañados incapaces de comprender el valor que ese animal tenía para el rey.
- En el patio interno - se apresuró a responder Gustaf
- Tráela - ordenó el rey tan secamente que cuando terminó de decirlo el cocinero ya se encontraba caminando en búsqueda del animal.

El Rey estaba ansioso, nervioso y caminaba en pequeños círculos sin prestar atención al posadero Eryor que lo observaba fijamente.

- Qué le vamos a decir a Elas? - preguntó el flaco Inth, después de unos segundos de silencio -
- Quién es Elas? - inquirió el soberano
- El caminante, que se encuentra en la cocina esperando novedades de la ardilla

El cocinero Yioja llegó con una pequeña jaula de madera en la que se encontraba una ardilla de llamativo pelaje y se la entregó al rey.

- Dígale al buen señor ese que lo espero esta noche, junto a su familia en la cena real - dijo el rey dirigiéndose al flaco posadero antes de dar media vuelta y marcharse.

Inth Eryor y Gustaf Yioja fueron hacia la cocina a transmitir la invitación al individuo que estaba esperando ansioso.

En otra sala, el Rey estaba solo, sentado con una ardilla entre sus manos a la que acariciaba con particular cariño mientras recordaba las palabras de la mujer del bosque "verás a tu amada en el pelaje de la pequeña criatura". A un costado, tirada en el piso, una jaula de madera ya no tenía razón de ser.

Pasaron los festejos, preparados en la plaza de Golbew, con absoluto éxito. La cena de palacio terminaba en una noche tarde y el Rey dio cuenta de que no había podido conversar con el Caminante y que no iba a hacerlo, unas horas mas tarde sería el alba y, tal como Anika se lo había dicho, debía llevar la ardilla al bosque.

Escribió unas líneas para el impaciente Elas y fue en búsqueda de su criatura.

Cuando los primeros rayos de sol hacían brillar la frente del soberano se escuchó a Anika

- Éste es el momento - directa y precisa como acostumbraba, pareció que la sentencia de la voz de las sombras fuera un disparador.

En ese instante, la ardilla comenzó a tomar un brillo cada vez mas potente, de a poco el rojizo pelaje se fue transformando en rayos de luz que se deshacían entre los dedos de un Rey que por mas que lo intentaba, no podía sujetarla. Se desprendió, definitivamente de sus manos y flotó al encuentro de Son-ny que la estaba esperando.

Juntas comenzaron a teñir el bosque con un nuevo y radiante día hasta que por fin desaparecieron.

- Son tuyas, para siempre, en este lugar - dijo Anika con una voz entrecortada que por primera vez mostraba emoción - Nunca nadie verá amaneceres como Ud. - agregó, para callar ya definitivamente.

El Rey quedó sentado en su tronco mirando sin comprender, igual que lo haría la mañana siguiente y la siguiente y las que se sucedieran hasta que, de algún modo, sus dos amados seres lo arrastrasen con ellas definitivamente.

Escrito por Faivel 1:49 a. m.

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